martes, 18 de noviembre de 2014

REFLEXIÓN SOBRE LAS EVIDENCIAS




El portafolio es una de las herramientas más valiosas que disponemos en la enseñanza, porque en todo momento el alumno es el protagonista y responsable de su aprendizaje. 
 
Nosotros, como docentes, sencillamente les guiamos en el proceso pero son ellos los que deben reflexionar, aprender a recopilar, a buscar información, a presentarla adecuadamente...

Los inconvenientes son mínimos con respecto a las grandes ventajas que nos aporta este sistema de trabajo. 


Todo proceso de aprendizaje tiene aspectos que se pueden mejorar, siempre podemos mejorar algo. ¿Cómo sabemos que tenemos que mejorar?

Pues la respuesta es con el elemento clave del portafolio. La REFLEXIÓN.

La reflexión hace que nos paremos a pensar dónde hemos estado, dónde estamos, dónde queremos ir y para qué. Tras este primer análisis detectamos nuestros conocimientos y las lagunas que tenemos para ir labrando la senda y conseguir lo que nos proponemos.


La reflexión siempre promueve la resolución de aspectos reales de la vida. Hacer un buen portafolio supone dominar muchos aspectos.

Gracias a este sistema se promueve el desarrollo de las competencias básicas y se deja de lado al aprendizaje memorístico.

El portafolio muestra todo el camino recorrido por parte del alumno en su aprendizaje y no una nota cualitativa.


Además, debemos tener en cuenta que reflexionar sobre la evaluación, implica reflexionar sobre todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, mediante una interacción constante entre docente y alumnado.

Usar este sistema implica un cambio en la manera de entender la evaluación y su relación con el resto de los componentes del currículum (contenidos,metodología, actividades...). Desde esta perspectiva, nosotros entendemos la evaluación como una herramienta de mejora educativa y de valoración del logro obtenido en el desarrollo de las competencias seleccionadas.

La dificultad de la evaluación en este nuevo enfoque radica por un lado, en la inexistencia de tradición evaluativa y por otro, en que las competencias no son aspectos aislados y observables a simple vista.

En conclusión, el portafolio constituye un proceso simultáneo de evaluación formativa, alternativa y desarrollo profesional, que exige la implicación reflexiva y autoevaluativa de nuestro alumnado.


En cuanto a la exposicioón de retos y acciones futuras, el portafolio obliga a los agentes a planificar su propio aprendizaje (Qué objetivos se pretenden conseguir, cómo lo vamos a hacer, cómo sabremos si lo hemos logrado...) El alumno adquiere un compromiso de acciones futuras consigo mismo que debe valorar si las va alcanzando o no.
Él será el encargado de modificar los elementos necesarios para alcanzar la finalidad perseguida.
El alumnado debe aprender a valorar los retos alcanzados, los no alcanzados y los que están en proceso, para ello deberán conocer los aspectos que deben mejorar o cambiar.


Todos los retos que el alumnado se proponga alcanzar beneficiarán a su desarrollo personal y académico.

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